Walter
Brattain y John Bardeen, un par de físicos investigadores de Bell Laboratories
que trabajaban bajo la dirección deWilliam Bradford Shockley, utilizaron una pequeña pieza de germanio y
una delgada tira de una hoja de oro montadas en una estructura de plástico,
para formar un arreglo capaz de amplificar una señal eléctrica sin la
utilización de un tubo al vacío.
Nació
el primer amplificador basado en un material semiconductor: el Transistor,
como habría de ser llamado, y que se dió a conocer oficialmente al mundo en una
conferencia de prensa de Laboratorios Bell, el 30 de Junio de 1948.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial,
Shockley, reinició sus interrumpidas investigaciones sobre cristales
semiconductores, pero sus diseños de amplificadores nunca funcionaron; entonces
dejó la tarea en manos de Bardeen, el cerebral matemático profundo, y Brattain,
hábil en la implementación técnica de las ideas imaginativas que Shockley les
llevaba; el producto fue el transistor de punto de contacto de
Bardeen y Brattain. Algo frustrado por no haber obtenido él mismo el primer
diseño funcional, Shockley creó en 1948 el transistor de unión,
dispositivo más fácil de fabricar y de usar y que finalmente se impuso sobre su
predecesor.
La
relación entre estos tres investigadores se volvió algo difícil por la
presunción de Shockley de su superioridad. Los caminos de Shockley, Bardeen y
Brattain se cruzaron de nuevo en 1956, cuando compartieron el Premio Nobel de
Física por su invención.
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